Especialistas convocador por el CCE piden proteger la participación del país en las cadenas de suministro de América del Norte.
El comercio exterior será una de las claves para que la economía mexicana se levante de la crisis económica generada por la pandemia coronavirus, pues las exportaciones son un pilar del sector productivo.
“Para que nuestro país retome la senda del crecimiento necesita que su comercio exterior se fortalezca pues este se ha convertido en la palanca de su desarrollo y en una de sus principales herramientas. En la actualidad el comercio exterior representa más del 60% del PIB nacional , por lo que retomar el ritmo de las exportaciones es fundamental”, dijo este viernes Valentín Díaz Morodo, presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE),
Para poder llevarlo a cabo, los participantes en la mesa El entorno internacional, facilitación del comercio y la nueva estrategia, organizada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), sugirieron que se homologuen las actividades esenciales con las de Estados Unidos y Canadá, con el fin de no romper las cadenas de suministro que existen en la región que ya están altamente integradas.
“Hay
que tener políticas espejo con Estados Unidos para la apertura económica de
manera que México esté presente en las cadenas de valor cuando se reanuden los
flojos comerciales”, dijo el director general del Instituto Mexicano para
la Competitividad (IMCO), Manuel Molano.
Las cadenas de suministro entre México y Estados Unidos se han fortalecido a lo largo de los años,
“Necesitamos implementar medidas extraordinarias de manera regional, no nada más en el modus operandi. No solo es clave la homolagación, que se hemos trabajado desde la Embajada de Estados Unidos, sino que necesitamos adelantarnos a una cadena conjunta para el proceso de reactivación económica tanto en el sector, como en la calendarización”, dijo el presidente de la American Chamber en México, Jorge Torres.
El riesgo de no llevar a cabo estas medidas a tiempo es que la industria mexicana pierda su lugar en la cadena de valor y sea sustituida por proveedores de Estados Unidos o de otros países.
“Perderíamos nuestro espacio ganado por falta de credibilidad. el elemento más importante no es el costo ni la calidad, sino el hecho de que sea una entrega confiable, pues una cadena no puede
funcionar con incertidumbre”, señaló Jorge Gallardo, del área de enfoques internacionales del CCE.
La embajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, aseguró que el gobierno federal ha trabajado para defender la participación del país en la cadena de suministro en América del Norte, pero recordó que tanto Estados Unidos como Canadá decidieron de manera unilateral y sin consultar a México su lista de actividades esenciales.
Bárcena dijo que en el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no se acordaron mecanismos de actuación específicos enfrentar una crisis sanitaria, por lo que se tendrán que discutir de manera adicional.
La senadora priista Claudia Ruiz Massieu señaló que la circuntancias en las cuales se negociaron el T-MEC y el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México eran muy distintas a las actuales, por lo que los gobiernos deberán ser flexibles en la aplicación.
El T-MEC entrará en vigor el próximo 1 de julio, un mes después de lo programado originalmente.
Otro de los mensajes es evitar caer en la tentación de cerrar la economía y evitar entrar en guerras comerciales como las desatadas en años recientes por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Hace sentido abrir la economía incluso con países que producen cosas parecidas a las nuestras. Nuestras cadenas de valor se harán mucho más eficientes. No debemos tomar represalias comerciales contra otros países en medio de esta pandemia”, dijo Molano.
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