Si algo tenemos que aprender del COVID-19 en materia de comercio exterior, es que hay que echar mano de nuestras fortalezas para salir adelante
La economía de México, como la de la mayoría de los países del mundo, depende hoy del comercio exterior. Más del 70% del Producto Interno Bruto de nuestro país proviene del intercambio comercial con otras naciones y la mayor recaudación del IVA se deriva de las operaciones de importación. Estos dos datos nos muestran en una pincelada la importancia que tiene o debería tener esta materia para todos los mexicanos.
No obstante, es poco el espacio que se le dedica en las aulas universitarias o en los medios de comunicación para su debate y comprensión. Por ello, agradezco a los amigos del Heraldo de México, la invitación para escribir este espacio.
Hay mucho que decir sobre el comercio exterior, pero dado al momento histórico que vivimos, quizá lo más conveniente sea hablar de la repercusión del COVID-19 en las operaciones de importación y exportación. Al principio de la pandemia, la Organización Mundial de Comercio proyectaba que el intercambio mundial caería entre un 13 y un 33% este año; sin embargo, México al tener como principales socios comerciales a Estados Unidos y a China, desplomó sus exportaciones en abril, un 47.9%, la peor caída al menos desde 1986, año a partir del cual hay registros en línea. Resultado que nos alejó de ser el primer socio comercial de Estados Unidos y nos llevó al tercer puesto, detrás de China y Canadá, respectivamente.
Pese a las malas noticias, la misma OMC señala que México será el único país cuya tasa de repunte igualaría la de su descenso en este 2020; es decir, en cuanto la pandemia haga una pequeña tregua, tendremos la recuperación más rápida de exportaciones a nivel mundial. Este incremento se dará en gran medida por la entrada en vigor, el 1 de julio, del renovado Tratado de Libre Comercio con América del Norte, ahora llamado T-MEC.
Fuente: https://heraldodemexico.com.mx
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