El transporte intermodal en México discretamente le ha permitido capitalizar los tratados de libre comercio en los que participa, en particular el T-MEC.
La discreta importancia de la infraestructura para el transporte intermodal.
Luego de una historia de más de 30 años del primer Tren Doble Estiba, el transporte intermodal en México discretamente le ha permitido capitalizar los tratados de libre comercio en los que participa, en particular el T-MEC.
El transporte intermodal se caracteriza por emplear más de un tipo de vehículo para transportar la carga desde su origen a su destino. En el caso del comercio, es gracias a esta modalidad de transporte que encontramos productos de todo el mundo a precios razonables. Así mismo, gracias al transporte intermodal, la automotriz se ha convertido en una industria de alta exportación, con estándares de desempeño internacional, pues en México todo opera como un mismo sistema regional, junto a Canadá y Estados Unidos
Vale la pena reflexionar cómo hemos abordado la planeación y hemos desarrollado, discretamente, la infraestructura necesaria que ha contribuido con el país a capitalizar su comercio exterior, el cual, hoy por hoy, es indiscutible pilar de la economía nacional.
Orientación al mercado y vocación por el cliente.
Todos los actores del sector intermodal están considerablemente orientados al cliente y antes de invertir en infraestructura, van con el cliente y procuran entender con anticipación sus necesidades futuras para saber en dónde poner el dinero, de tal suerte que les puedan servir mejor y sí: hacer dinero de ello. A diferencia de los concesionarios carreteros, que no invierten más allá de lo que dice su título de concesión, los ferrocarriles llevan unos 12 mil millones de dólares invertidos aparte de lo que pagaron ya por su concesión, dirigidos en su mayor parte a mejorar la experiencia de sus clientes y sus compromisos contractuales con ellos.
Operación optimizada y también vocación por el cliente.
Antes que invertir para desarrollar más, hay que operar bien la infraestructura que se tiene. Una buena operación puede diferir inversiones en infraestructura. El mantener Niveles de Servicio, es decir, la relación entre la oferta de infraestructura y la demanda por la misma, en niveles óptimos, ni con saturación, ni con infraestructura ociosa, asegura siempre la salud financiera de los proyectos, que a la vez redunda en un servicio estable y sin sorpresas.
Respeto al Ciclo de Desarrollo de Infraestructura.
No es factible desarrollar infraestructura de transporte intermodal sin un horizonte y una visión de largo plazo. No dejar madurar las inversiones y no dar tiempo a que las partes interesadas de un proyecto obtengan sus respectivos beneficios esperados, da al traste con los proyectos. Y las inversiones pueden requerir de 20 a 50 años para recuperarse. Un puerto marítimo no se desecha a los 30 años. Son infraestructuras que requieren de largos plazos de recuperación de las inversiones. Estos plazos son clave para pensar en invertir, así sea en el ámbito privado, como en el público.
Partes interesadas.
Hay que tener claridad quiénes son las partes interesadas y cuáles son sus intereses, precisamente, si queremos conciliar y alinear para que se den estos proyectos.
A manera de conclusión:
Claramente la planeación del transporte intermodal a lo largo de estos años, ha sido una planeación colaborativa entre las partes interesadas que ha conciliado los intereses de todos, incluyendo al sector público. No nada más es la esfera privada o actores privados, quienes han contado; las aduanas, por ejemplo, han contado con la infraestructura para recaudar sobre esa actividad económica.
Verdad de perogrullo: toda infraestructura de transporte intermodal debe planearse con un profundo conocimiento del mercado y partes interesadas. Al alinearse los intereses de todos los actores involucrados es que hemos avanzado en el sector intermodal. Cuando esto no ha sido así: los proyectos no han prosperado y han fracasado; de esto también hay ejemplos:
Las inversiones hechas en infraestructura logística que han resultado exitosas, no se han hecho como un negocio o pretexto para hacer obra o como
negocio financiero, como a veces ha sucedido en otros sectores (carreteras, hospitales): se ha invertido en ellos y han sido exitosos porque atienden a
una necesidad real de demanda de servicio en beneficio de las poblaciones afectadas y del país al hacerlo más competitivo a nivel internacional.
La alta política y sensibilidad también son muy necesarios: se necesita precisamente que los políticos identifiquen y concilien los intereses de todas las
partes involucradas, pues como ya se ha dicho si las inversiones no se hacen para servir a la población involucrada, su éxito será limitado.
En el IMEF el Comité Técnico Nacional de Infraestructura ha recomendado al Gobierno Federal y a los Estados de la República, a través del Plan IMEF
2020-2021, impulsar la inversión en infraestructura para reactivar el crecimiento económico del país sobre todos en estos años, aprovechando las
oportunidades del T-MEC y el impulso de la economía norteamericana. Hay suficiente liquidez para proyectos bien estructurados que tomen en cuenta
los aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo.
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